Ya no te quiero.

Y me siento liberada.

No es que no te ame, pero la verdad es que ya no te quiero en mi vida. (Por ahora)

He encontrado un mundo lleno de vida, amor y juventud. En el cual no me siento juzgada por a quien decido hablarle, a quien decido perdonar y a quien decido mantener en mi vida.

Soy libre y ahora puedo exigir lo que quiero y no ceder mis demandas para conformarme con lo que tengo.

Hay muchísimo más acá afuera.

Me había olvidado de mi libertad y no puedo estar más feliz.

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Encuentro un poco gracioso el "querer libertad". Siempre ha sido una meta para mí.

Han habido varios momentos de mi vida donde me he sentido "plenamente libre", para luego encontrarme hoy descubriendo que puedo ser más libre aún.

La triste condena a ser libre.

La grata satisfacción de la libertad.