Volver (a) sentir

Es extraño volver a sentir.

Volver a querer. Volver a dar.

Emocionante conocer, sentir el amor, saber que hay muchísimo más que por lo que estaba conformándome.

Salir de un concepto que definía como amor cuando lo único que había era miedo, censura y ceder.

Hay más acá afuera. Muchísimo más.

Sin embargo, me siento culpable.

Culpable de sentir afecto que no es tuyo.

Me repleto de miedo, de dudas, sentimientos encontrados.

Caos interno, conflictos armados en mi cabeza.

Sigo asociando todo a ti. Sigo extrañándote, aún cuando fuiste tú el que hizo todo el daño, el que se iba y el que cogió sus maletas y huyó.

Es extraño volver a sentir cuando solo sentía contigo.

Me aterra porque no quiero que termine como todas las veces que se acaba contigo.

Tengo dudas porque me quiero a mí.

Después de todo este tiempo si pudiera elegir, serías tú mi decisión.

¡Qué masoquista que soy!

Te estás desprendiendo de mí. No porque te estés yendo de mí; sino porque yo me estoy yendo de ti.

Me estás dejando ir, estás mutando, evolucionado y seguramente, volviste a querer mucho antes de que huyeras.

Estoy volviendo sentir, estoy volviendo a querer.

Se siente raro volver.

Tiene su singularidad querer.